Todos los años, llegadas estas fechas de noviembre, comienza a aparecer el término «Black Friday» en todas partes para acompañar las rebajas más atractivas de la temporada, especialmente en el sector tecnológico, aunque poco a poco, se está abriendo a otros sectores de negocio.
Para los más curiosos queremos repasar el transfondo de esta festividad nacida en tierras anglosajonas, concretamente en Norteamérica, que desata un huracán en las tiendas de todo el país y que se ha expandido por todo el mundo.
Black Friday (Viernes Negro en español) se celebra el día después de Acción de Gracias, y se caracteriza por ser el momento cuando los consumidores se lanzan a las tiendas para comprar dando el pistoletazo de salida a la campaña navidela.
La historia tras el nombre esconde varias anécdotas que eliminan la aparente connotación negativa que tiene el uso del término «negro». Se dice que el término fue acuñado por las fuerzas de seguridad de Filadelfia por los atascos de tráfico que causaba.
Otra variante del bautismo de estas fiestas es la que hace referencia a la tinta usada antaño por los comercios para pasar de los números rojos a los números negros cuando se comenzaban a obtener beneficios justo antes de Navidad.
Lo cierto es que en ocasiones han tratado de rebautizar el Black Friday con un nombre más «amigable», pero la tradición ha podido con el marketing y la festividad comercial se ha expandido fuera de los mercados anglosajones.
De hecho, en España las rebajas del Black Friday han llegado para quedarse y ya aparecen hasta en anuncios de televisión con un camino de colonización idiomática y cultural similar al que se ha vivido con Halloween.