A veces podemos estar ante la situación de tener que reclamar a una tienda o negocio que por diversas razones ya no está operativo y ha quebrado. Debemos saber, que ante ésta situación los consumidores pocas veces recuperan todo su dinero.
Desde que la crisis se instaló, por desgracia, muchos de los negocios han tenido que cerrar, y el término quiebra vuelve a estar presente día tras día. Esta situación afecta directamente al consumidor que había contratado servicios y han quedado pendientes de realización, entrega, o en periodo de garantía.
Cuando una empresa no puede hacer frente a los gastos y pagos comienza un proceso de concurso de acreedores en el que un juez y unos administradores concursales intentan satisfacer a los acreedores del mejor modo posible. Los consumidores afectados deben comunicar al administrador concursal su deuda con toda la información recopilada.
El concurso se puede saldar de dos maneras: convenio de acreedores o liquidación, que es cuando la empresa tendría que vender todos sus activos para pagar a los acreedores en la medida de lo posible. Dada la situación actual hay concursos que tardan años en salir.
Los consumidores como tal, y afectados tras el cierre del negocio no se consideran preferentes y es por eso que es muy dificil que lleguen a recuperar todo su dinero. Con respecto a la garantía, el consumidor debe saber que si el producto es nuevo y comprado a un comerciante, el consumidor cuenta con dos años para ejercitarla, ya que la garantía se traslada al fabricante. Pero debemos saber que el comerciante está en su obligación de reparar el producto o cambiarlo por uno nuevo, pero no estará obligado a devolver el dinero.